viernes, 22 de febrero de 2008

Pensamiento

"Me reservo el derecho de ser un hombre solitario". No anhelo la compañía. Simplemente aparece en mi camino. Vivo por placer. Hay muy pocas personas que puedan darme tanto placer como las acciones que hago yo mismo. Prefiero crear placer de acuerdo a mi propio capricho que estar sujeto al capricho de otros. Invariablemente, termino entreteniendo a otros. O educándolos. No hay un toma-y-dame. Sólo hay "dame", y ellos son los que piden.

Encuentro grata la compañía de figuras inertes, animales o artefactos que no emitan ningún sonido parlante, ya que puedo disfrutar de su presencia y no hay ningún desgaste psíquico. De hecho, por la sola estimulación de acuerdo con mis ideales, no sólo me dan entretenimiento, sino alimento para la mente.

¿Qué me impulsa a seguir? ¿Qué justifica mi existencia? Aquello que me sostiene es el saber que, si soy víctima de problemas, si fracasara, si me enfermara o muriese, agradaría a tanta gente, que mi fortaleza está en mi existencia.

Cuando pienso en todos aquellos que se alegrarían de mi desgracia, me siento vigorizado y fortalecido de tal manera que olvido cualquier malestar. No es mi amor por la humanidad lo que me sostiene, sino el resentimiento de la humanidad hacia mí. Mi desdén y menosprecio por las masas mediocres en general y aquellos que me calumnian en particular me motivan a recuperarme.

He hecho mi bien para mí mismo, no por lo que puedo hacer, sino por cuán importante es para otros que sea resentido, difamado, malentendido y odiado. Muy pocas veces oiran que me queje por alguna cosa, ya que así quiero que sea. Aún si no lo planeara, dudo mucho que lo haga. Odio la gente quejumbrosa. Nadie da una mierda por los sufrimientos ajenos. Cuando se cuentan los problemas a otros, lo único que se logra es debilitarse a los ojos del oyente. Mucho mejor crear más controversia decepcionando a tus antagonistas por medio de tu negativa a mostrar ansiedad o inquietud al respecto.

Me rehúso a enfermarme ya que eso haría a mis enemigos más saludables. Me rehúso a romper lazos con cualquier compañía valiosa porque si lo hiciera, tal cosa haría más llevadera la soledad de otro. Me niego a que mi dolor sea conocido, ya que mi dolor es la alegría de otro. Hasta me desagrada el mostrar mi ira, porque para el que reciba tan pequeña atención de mi parte, mi ira iluminaría su corazón.

Admiro al bull-terrier, quien puede gruñir y rabiar y trata de matar mientras menea la cola Es evidente que para él es deporte —y que goza haciéndolo— el gruñir y despedazar a su oponente. Puede aprenderse una gran lección de él. No dará a su víctima la satisfacción de creer que, en medio de su rabia, puede no disfrutarlo. Al contrario, es una molestia para su víctima, mucho más porque su víctima nunca podrá estar satisfecha como el masoquista se satisface de los sufrimientos de otros. A menos que puedas gozar y regocijarte en hacer a tu antagonista miserable, te quitará un poco de tu vitalidad gracias a la ira insípida que ha despertado en tí. La sobriedad de tu ira incrementará tus sentimientos de caridad a cada golpe que des, y cada vez será menor. A través de la práctica, he desarrollado una fórmula para que mi ira se convierta en un deporte agradable, automáticamente y sin esfuerzo, para que alguien tenga pocas oportunidades —si es que las tiene— de sacar algo de placer a costa de mi ira.

Desafío los deseos de mis enemigos para que me enferme recreándome en su disgusto. Si no les causara dolor, no sería su enemigo. Si no necesito hacer nada a excepción de existir en mi forma actual, para conseguir enemigos, soy de hecho muy afortunado, ya que conocerme es odiarme. Uno odia lo que uno teme. He adquirido poder sin esfuerzo consciente, solo por el hecho de ser.

Nunca moriré porque mi muerte enriquecería a los incompetentes, nunca podría ser así de caritativo.

¿Es irónico que las únicas veces que he progresado es cuando he herido a alguien más? ¿O es que el mal termina por conquistar el bien al final? Tal parece que lo malo (el miedo) es lo que nos mueve, mientras que la bondad es complacencia y resignación. La Bondad invoca ya sea aprobación o desprecio dulzón. Lo Malo crea acción y reacción. Sin eso la raza habría muerto hace tiempo. KRYZ

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